lunes, 26 de abril de 2010
¡Mi tesoro!
Álguien lo había dejado allí. A la vista de los viandantes. Pues de haber querido poner fin a todos aquellos recuerdos musicales lo habría tirado directamente al contenedor.
Pero ¿A cuál?¿ Dónde se recicla un porta –casettes imitación de piel en tono granate?
La curiosidad me pudo y me acerqué a verificar que lo que veía era un contenedor de cintas idéntico, excepto por el color, al que tuve yo.
Ciertamente, lo era. Pero mi curiosidad no se sació ahí. Decidí que tendría que responder las preguntas que me asaltaban.
¿Cuáles fueron los gustos musicales del propietario que ahora había decidido deshacerse de ellas?
¿De qué año serían? Tenían que ser viejas las cintas porque ahora es un formato desconocido, como lo son los discos de vinilo, para las nuevas generaciones.
¿Serían todas originales o habría alguna grabada en plan casero?
¿Por qué había algunas sin su custodia negra y transparente?
Claro está que no podía ponerme en mitad de la calle a escudriñar el hallazgo, así que lo cogí sin más y lo metí en el maletero de mi coche que estaba aparcado muy cerca y continué hacia la escuela de idiomas.
Mucho, lo que se dice mucho, esa clase no atendí.
Mi mente volaba a las navidades en que me regalaron el porta-casettes, verde botella, con el cierre de resbalón dorado, resplandeciente de puro nuevo. Por una vez no había heredado de mi hermano, tenía el mío.
Cierto que el contenedor no era más que una excusa que se buscó mi madre para que tuviésemos ordenadas las cintas que merodeaban por la habitación, con dueño pero sin rumbo.
Acabó la clase y salí disparada, como alma que lleva el diablo. Recogí a Claudia del colegio y le conté lo que había encontrado y que lo había cogido, a lo que comentó:
-Mamá tu debes tener el síndrome de Diógenes, pero cómo se te ocurre coger nada de la calle y si te ven. Y encima le has hecho fotos para el blog…lo tuyo.
La primera en la frente. El tono de desaprobación y reprimenda me sonó a mí madre y pensé, como es posible que tengamos los papeles invertidos .
Cierto es que soy impulsiva, a veces, demasiado. Pero el comentario no me afectó en absoluto lo digerí bien como si no fuese conmigo , como si no lo hubiese oído.
Nada podía con ese sentimiento-impulso de curiosidad que me invadía y que en los últimos tiempos, reconozco tengo algo aletargado.
Con el fin de evitar algún otro comentario, metí la caja en una bolsa de papel que rondaba por el maletero y lo subí a casa. Me metí en la habitación y saqué las cintas. Y…allí estaba.
La original soundtrack from the motion picture “Flashdance”. ¡Mi tesoro!
Para entender mi exclamación de júbilo véase en mi blog en el apartado De película mi comentario a cerca de la misma.
Lástima que no acompañase a la caja la carátula original de la cinta.
Como un niño en su fiesta de cumpleaños que a pesar de ser el protagonista colmado de regalos quiere más, así me pasó a mí. Yo quería más, yo quería todo.
Después de lamentarme y conjeturar sobre dónde , cuándo y cómo habría acabado la carátula decidí rescatar el viejo casette, ese tamaño familiar que hoy ocupa su sitio de honor en el trastero y regalarme una de nostálgicos recuerdos.
WHAT A FEELING. Irene Cara. - HE´S A DREAM. Shadi(*) - LOVE THEME FROM FLASHDANCE. Helen St.John. – MANHUNT. Karan Kamon(**) – LADY, LADY, LADY. Joe Esposito. Cara 1.
IMAGINATION. Laura Branigan (*) – ROMEO. Donna Summer(**) –SEDUCE ME TONIGHT. CycleV. – I´LL BE HERE WHERE THE HEART IS. Kim Carnes(***) –
MANIAC. Michael Sembello (****).Cara 2.
Los asteriscos son un código que incluye especificado la cinta y que indica quién ha producido los temas.
Giorgio Moroder, (*) Phil Ramone, (**) Moroder & Pete Bellotte, (***) Keith Olsen, (****)Phil Ramone & Michael Sembello.
En otra lado de la cinta viene recuadrado S.G.A.E. Me pregunto y si canturreas los temas o los pones a todo volumen para bailarlos podrán seguirme la pista y encontrarme y tener que pagar derechos de autor. No quiero estropear este momento mágico. Espero que no.
http://www.youtube.com/watch?v=C526lxeHo-M
lunes, 12 de abril de 2010
Encuentro hispano-germano
Por estas fechas hay quien ha iniciado la operación bikini pero yo, yo he iniciado la operación acogida.
Durante 12 días voy a tener en casa una adolescente teutona, para más señas de Hamburgo.
A los de la operación bikini les da por apuntarse a un gimnasio, recorrer parte del tercer cinturón a pie o en bici, hacer la dieta de la alcachofa y les da por hacerse acompañar por una botella de agua de 1,5 mejor que de 33cl, para que quede patente que su particular cruzada contra los estragos del invierno va muy en serio.
Pero lo mío es mucho peor o al menos eso afirma mi hija.
Ésta es la segunda vez que acojo una estudiante de intercambio y a día de hoy, cuando faltan pocas horas para que llegue Nathalie, mi organismo presenta secuelas de unos sídromes que llevo padeciendo algunos días.
Síndromes que detallo a continuación.
Brote agudo del síndrome de Miss Proper. Caracterizado por el kilometraje excesivo que lleva estos días la mopa y por los litros de amoniaco que corren por los azulejos, enmascarado por varios ambientadores dispuestos estratégicamente.
Y aún, a estas alturas, me asaltan dudas de si debería haber llevado las cortinas a la tintorería…
Estoy afectada del ¡ a llenar la nevera! Sindrome muy extendido en mi familia. Se caracteriza por el acopio de alimentos como si viviésemos un estado pre-bélico. El síndrome tiene dos variantes:
Acópio de víveres que nosotros no consumimos pero tienen por finalidad satisfacer la posible inapetencia o disgusto de la huésped ante la ingesta de los del grupo b.
Los del grupo b son los que nosotros consumimos y que forman parte de la típica gastronomia española.
Síndrome decoradora de cursillo CCC.Se caracteriza porque todo en la casa debe guardar armonía, desde los juegos de las sábanas usados en las literas y éstos a su vez con las colchas, las cortinas y las alfombras.
Debe incluirse la conjunción de las toallas con los azulejos y de las servilletas y mantel con los colores de la cocina.
Síndrome del” a ver…” Que se agudiza conforme se acerca el fin de semana. Se caracteriza por la repetición constante de expresiones como:
A ver dónde vais a ir.
A ver con quién os juntais.
A ver a qué hora vais a volver.
Todas ellas de marcada tendencia sobreprotectora y que, a su vez, resaltan el síndrome de la anfitriona perfecta. Aspiración compartida por todas las madres que estos días protagonizan “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y todo por una simple operación acogida.
Durante 12 días voy a tener en casa una adolescente teutona, para más señas de Hamburgo.
A los de la operación bikini les da por apuntarse a un gimnasio, recorrer parte del tercer cinturón a pie o en bici, hacer la dieta de la alcachofa y les da por hacerse acompañar por una botella de agua de 1,5 mejor que de 33cl, para que quede patente que su particular cruzada contra los estragos del invierno va muy en serio.
Pero lo mío es mucho peor o al menos eso afirma mi hija.
Ésta es la segunda vez que acojo una estudiante de intercambio y a día de hoy, cuando faltan pocas horas para que llegue Nathalie, mi organismo presenta secuelas de unos sídromes que llevo padeciendo algunos días.
Síndromes que detallo a continuación.
Brote agudo del síndrome de Miss Proper. Caracterizado por el kilometraje excesivo que lleva estos días la mopa y por los litros de amoniaco que corren por los azulejos, enmascarado por varios ambientadores dispuestos estratégicamente.
Y aún, a estas alturas, me asaltan dudas de si debería haber llevado las cortinas a la tintorería…
Estoy afectada del ¡ a llenar la nevera! Sindrome muy extendido en mi familia. Se caracteriza por el acopio de alimentos como si viviésemos un estado pre-bélico. El síndrome tiene dos variantes:
Acópio de víveres que nosotros no consumimos pero tienen por finalidad satisfacer la posible inapetencia o disgusto de la huésped ante la ingesta de los del grupo b.
Los del grupo b son los que nosotros consumimos y que forman parte de la típica gastronomia española.
Síndrome decoradora de cursillo CCC.Se caracteriza porque todo en la casa debe guardar armonía, desde los juegos de las sábanas usados en las literas y éstos a su vez con las colchas, las cortinas y las alfombras.
Debe incluirse la conjunción de las toallas con los azulejos y de las servilletas y mantel con los colores de la cocina.
Síndrome del” a ver…” Que se agudiza conforme se acerca el fin de semana. Se caracteriza por la repetición constante de expresiones como:
A ver dónde vais a ir.
A ver con quién os juntais.
A ver a qué hora vais a volver.
Todas ellas de marcada tendencia sobreprotectora y que, a su vez, resaltan el síndrome de la anfitriona perfecta. Aspiración compartida por todas las madres que estos días protagonizan “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y todo por una simple operación acogida.
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