“Esta mañana en clase estaba haciendo un ejercicio en el que había que subrayar los adjetivos que aparecían en una lista de palabras en la que estaban mezclados con sustantivos. Me los iban diciendo: bello, castani, azzurri, lungo y…naso. Eran todas ellas palabras para describir a una persona. Y entonces he dicho “naso no es un adjetivo, aunque tampoco está mal la idea”. Y es que a la greguería se llega por vías insondables: la nariz es el adjetivo de la cara.” De J. Brox.
Que orgulloso se sentiría D. Ramón si pudiese verse rescatado del olvido de muchos y traído al pensamiento de unos pocos, aunque sea por una equivocación. Amaral en su tema Marta, Sebas, Guille y los demás cantó "hoy ha venido a mi memoria", como algo que sucede sin más, pero que sirve para estructurar un himno a la amistad. Pues algo así, me ha sucedido a mí con D. Ramón, tu me lo has traído a la memoria. Recuerdo que mantuve con esa genial invención suya, la greguería, algún escarceo en mis tiempos universitarios y que las he puesto en práctica ya con dos de mis hijos quienes, en sucinta reseña, se han topado con ellas en sus libros de lengua. A propósito de estos encuentros recuerdo una, que ideo Javier y que a su vez tiene algo que ver con la tuya.
El elefante es el Pinocho de la selva, escribió.
Pobre elefante, al que apéndice tan útil y necesario, hace parecer a los ojos de ingenioso infante, más que un paquidermo un mentiroso, pensé yo.
No sé si a D. Ramón este ejemplo le gustaría, pero sirva esta greguería como homenaje a mi hijo y su imaginación, al enseñante que me ha hecho recordar y a D. Ramón que me enseñó la greguería.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mi comentario era que esa greguería del elefante era la monada de la jungla.
ResponderEliminar