martes, 12 de enero de 2010
BELL´IND(I)A en el rincón del gato
El último día que jugamos fue un poco antes de las vacaciones de navidad en la EOI1.
En "el rincón del gato" había una exposición de fotografías que Belinda había tomado en la India.
Generalmente soy yo, mamá Arancha, quien elijo lo que hay que mirar porque sino el juego no acabaría jamás.
Nos situamos todos frente a la foto. (Enseguida sabrás que foto mirábamos).
Comentarios:
Claudia, de 14 años. " Si no supiese que en las celebraciones de algunos ritos religiosos de la India se los engalana pués son protagonistas en los desfiles,diría que ha llegado al mundo de los paquidermos la manía de la modificación corporal".
Javier, de 10 años. "Mamá, el maquillador habrá tenido que trabajar muchísimo. ¿Crees qué se habrá estado quieto mientras lo disfrazaban para actuar en el circo?
Ana Elisa,de 6 años. (Como niguno de sus hermanos nombró el animal de la foto de manera que ella pudiera saber que lo que estaba viendo era un elefante dijo...)
"¡Qué árbol tan bonito! Tiene flores de muchos colores y es tan alto que a los niños que están subidos sólo se les ven los pies . Me gustaría tener un árbol así."
Anita, es un elefante. Le dijo su hermano.
Javier, los elefantes no llevan vestidos de flores. Es un árbol.
Conclusión:
"En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira porque todo es del color del cristal con que se mira".
lunes, 11 de enero de 2010
A Belinda que fue a la India
Me eduqué, mejor dicho, me educaron en un colegio católico, donde nos recalcaban incesantemente lo afortunadas que éramos, eso sí , siempre en comparación de otros.
Esos otros o eran de África o de Hispanoamérica o hindues, es decir , de la India.
La India era un país lleno de gente paupérrima, donde el concepto de higiene corporal era desconocido y donde una monja ejemplar, Madre Teresa de Calcuta, había emprendido su particular cruzada para solucionarlo. Convirtiéndose así , en el espejo en que toda buena cristiana y católica debería mirarse.
De aquel mundo lejanísimo nos acordábamos las niñas de este mundo un fin de semana al año. Cuando recorríamos las calles de nuestro barrio o nos apostábamos a las puertas de nuestra parroquia repitiendo incansablemente:" un donativo para el Domund". Signando la solapa de las chaquetas con una pegatina que agradecía visiblemente la participación de los vecinos.
Las cuestaciones, las filminas y alguna oración por los misioneros forjaron en mi tierna infancia la idea que tuve de la India.
Allá por los años ochenta, un reportaje de Informe Semanal me acercó a la tragedia de Bhopal.
Hace unas semanas, este mismo programa , me ha recordado que ya hace 25 años de la tragedia.
Hace mucho tiempo leí " La ciudad de la alegría" de D. Lapierre y"Era media noche en Bhopal" del anteriormente citado y J. Moro y vi las adaptaciones cinematográficas. La de este último libro, en un ciclo de cine de denuncia que el año pasado se hizo en el edificio Pignatelli en nuestra ciudad.
Recuerdo muchos detalles de la película" La ciudad de la alegría" .
Debo confesarte que P. Swayze, el defensor de las causas perdidas, no me cautivó como lo hizo el hombre caballo, su recorrido vital desde la aterradora miseria que impone la inmigración hasta el espejismo de prosperidad .Cuando aprende a sobrevivir en condiciones de explotación laboral, enfermedad, deseperación para acabar casando a su hija con el fin de cambiar en ella , el ciclo vital , en principio, abocado al mismo recorrido fatal que el de su padre, con el agravante de la feminidad.
"Era medianoche en Bhopal" Es un reportaje, un documental que detalla las políticas inversionistas de grandes potencias económicas en países en vías de desarrollo. Todos sabemos de que estamos hablando. Una empresa americana elige una ciudad india para montar una empresa de productos químicos. Medidas de seguridad, nulas. Resultado entre16.000 y 30.000 muertos y población que ,aún hoy, sufre las secuelas de la tragedia sin obtener compensación económica alguna.
Yo tuve esa idea de la India. El país del sufrimiento, la vejación, el olvido etc..
Ahora una compañera de la EOI1 me ha regalado otra idea de la India.
El encuadre del Tag Mahal es más que un reclamo turístico de catálogo de agencia de viajes. Es
un maravilloso descubrimiento mientras jugabais al escondite correteando entre los árboles.
Los colores de la orilla del Ganges y sus gentes hoy, no son aquellos parias que yo recordaba.
Los santones, limpios de cuerpo y mente.
Las abuelas departiendo en la calles, calles con edificaciones sencillas, como puedan serlo las de cualquier pueblo.
Los niños risueños ante la cámara de fotos, ya no me parecen los desheredados de la tierra.
La escenita Bolliwood, me fascina. Como me fascina pensar en la felicidad de la parejita.
El colorido, el color, los colores del puesto de venta o del elefante que invita a ir a pasear y a "jugar" .
Tu, Belinda, me has regalado otra idea de la India. Gracias.
viernes, 8 de enero de 2010
De colores es el arcoiris
jueves, 7 de enero de 2010
Sir Cat-Sr. Don Gato- Signore Gatto.
Lady: Excuse me but I don´t speak English. Io parlo italiano.
Sir Cat: Davvero? Scusi Lei mi-auu potrebbe aiutare, cerco la casa del gatto ma mi-auu sono perso.
Lady: Mi sembra la casa sia parecchio lontana da quì ma Signore, Signore....
Sir Cat: Mi-auu chiamo Miauuchel Cat.
Lady: Piacere, Signore Cat. Ma quì vicino nella EOI 1 c´`e "l´angolo del gatto "forse lì può chiedere informazione in segreteria.
Sir Cat: Grazie mi-auu-le.Are you sure you can´t speak English?
Lady: I´m sure, Sir Cat.
Sir Cat:Ma mi-auu pare Lei parla benissimo la mi-auu madrelingua.
Lady: Che lingua?
Sir Cat: La lingua di gatto.
Lady: Le Sue parole" mi-auu "lusingano. ArrivederLa Signore Cat.
SirCat:Può darmi-auu del tu, mi-auu Lady.Arrivederci.
Esta historieta es un regalo para mi amiga Gema que estudia inglès en la otra escuela oficial de idiomas de Zaragoza y que se pierde cosas tan divertidas como esta iniciativa del "Rincón del Gato", pero yo, como buena amiga y compañera de fatigas, la pongo al corriente de exposiciones, concursos literarios etcc.
También es un detalle para quien ideó el rincón, lo limpia, lo adecenta y lo decora para que luzca
bonito.
miércoles, 6 de enero de 2010
1 gato, 2 gatos, 3 gatos
Llevé a Ana Elisa a la EOI unos días antes de las vacaciones de navidad.
Estuvo mirando unas fotografías de la exposición BELL´IND(I)A en la IND(I)A y al llegar a la ingeniosa felicitación navideña del rincón del gato tuve que saciar su impaciente curiosidad con toda clase de explicaciones, más o menos convincentes, a cerca de qué era ese rincón, quién lo había hecho, cuántos gatos vivían en el rincón, porqué no podía verlos etc... .
En aquel momento pensé que más me hubiera valido ir sola, que no debí dejarla mirar la felicitación o que, en otra ocasión, debería de haber convencido al creador del rincón para que entretuviese al "ANGELITO" con explicaciones algo más detalladas o "CIENTÍFICAS" pero , a buen seguro, mucho menos ingeniosas que las que tuve que inventarme yo.
Tan ingeniosas fueron o le resultaron que se entusiasmo la criaturita con el rincón y sus moradores , tanto es así que....
Éstos son los deliciosos mininos que mi hija de 6 años te regala el día de Reyes para que decores , un poco más, tu rincón.
Deseamos que te guste nuestro regalo. Un saludo.
A pie de calle
Imagen tomada el sábado,día 7 de noviembre del 2009 en la C/ san Agustín camino del Centro de Historia en Zaragoza.
Todo lo que se ve en la imagen estaba así cuando me cruce en su camino.
Las Converse azules puestas disciplinadamente flanqueando el umbral de la puerta.
Las huellas de las manos estampadas en rojo bermellón en el ladrillo caravista del portal.
Un candado tirado en el rincón donde el pestilente olor a orín te hace sospechar que, para más de algún transeúnte de la zona , ese ángulo arquitectónico no es mas que un urinario público.
FLASHDANCE
¡Qué recuerdos! Sólo el título me llevó a mi adolescencia. Me vi sentada en un cine del Pº Independencia que ahora es un garaje, con un grupo de amigas del colegio religioso en el que estudiabamos.
Aquella tarde habíamos estrenados nuestras mejores galas a lo Irene Cara, camiseta ancha y larga , seis tallas más grande, diría hoy. Mallas estrechas tipo bailarina y por abrigo... por abrigo, el jubón de miliciano que no con pocos esfuerzos, promesas de superación en el ámbito escolar y algún lloro que otro, conseguimos sacarles a nuestras madres. Aquel abrigo era el único que colgabamos en el armario, privilegio que no tenía el del colegio, sobre todo, para evitar los comentarios de nuestros padres que no hubieran aprobado la compra de tal indumentaria ni hartos de gaseosa.
Las más de trescientas pesetas gastadas aquella tarde fueron una de las mejores inversiones de mi vida.Fue inolvidable, al final de la película todas queríamos ser bailarinas y trabajar en una fundición o en una fábrica y conocer al dueño, divorciado de una estúpida muy peripuesta que lo hacía un infeliz.
Dueño que tendría un cochazo impresionante y nos ayudaría a realizar nuestro sueño, que por aquel entonces no era otro que el de bailar, al menos, eso asegurabamos todas. Pues allí, nada se habló de tener una relación íntima con un señor más mayor. Ni de trabajar como bailarinas de striptease en bares de mala muerte.Es como si esas partes de la película no las hubieramos visto, o como si nuestra moral barnizada de catolicismo puro y duro hubiera ejercido la censura y esas escenas no las hubiese procesado nuestro cerebro.
¡Ah! No se me olvida, aún habiendo pasado tantos años que Laura quería un perro como el de la protagonista y llevarlo a todas partes en el maletero del Porsche, cosa que nos cansamos de insistir las demás, no era posible. No porque no tuviera Glamour ,como diríamos hoy, sino porque aparecería muerto por asfixia. Pero ella, erre que erre, hasta que la dejamos por imposible.
Es curioso como la cabeza te hace rebobinar sobre algunas escenas de la película de tu vida y te hace recordar unas cosas u otras. Cosas en las que ni pensaste o cosas que viviste y que nunca volverás a vivir de la misma manera.
Se de lo que hablo, pues invité a mi hija adolescente que remoloneaba por su habitación jugueteando con el ordenador , a ver conmigo la peli en el salón. De acuerdo que no era una sala de cine, pero no se sentó a mí lado, se tumbó en el otro sofá, en chandal e iba comentando lo obsoletos que están hoy ciertos pasos de baile de la protagonista que a mis dieciseis, me parecieron inimitables. Nada comentó del protagonista y su historia personal, indiferencia total. Sólo mencionó que de mayor le gustaría tener un Ferrari en el garaje.
Joder y a quién no, pensé yo.Pero, lo cierto es , que yo no la invité a ver Flashdance conmigo para eso, para que desmontase mis recuerdos adolescentes como un castillo de naipes se desmonta con un suspiro. Tanto es así, que me rebelo. Por eso le voy a regalar este comentario en mi blog y un rescate de YouTube para que no olvide nunca que los recuerdos son una sucesión de imagenes y sensaciones irrepetibles, personales e intrasferibles que llenan tu vida y la de todos a los que haces partícipes de ellos, aunque para cada persona tengan valor diferente.